FECHA 16 – 2 – 2023
RUTA: UIO – MIA – ORD
VUELOS: AA932/ AA2367
ASIENTOS: 20C/ 31F
NAVE(S): Boeing 737 MAX 8/ Boeing 737- 800
Cada vez que llega el feriado de carnaval lo aprovecho para hacer una escapada rápida, tomar un viaje exprés y este año no fue diferente. En verdad quería volver a los EEUU y, buscando pasajes, me encontré una promoción fabulosa a Chicago en American Airlines. En verdad una ganga, por lo que me animé e hice la compra.
Aunque siempre es bueno conocer nuevos lugares y he estado en esta ciudad varias veces, la verdad es que me encanta este destino. Una de mis urbes estadounidenses favoritas y, por el precio que pagué, la elección era obvia.
El día del viaje estuve en el aeropuerto con casi tres horas de anticipación. El avión iba repleto y me enviaron varios correos preguntando si quería modificar la reserva, pero ninguna opción me convenía. Pensé que el counter iba a ser un caos, pero no tuve casi nada de fila.
Fui en el primer vuelo de American del día, que ahora sale un poco antes de las 07:00. De momento, ya no hay vuelo nocturno. A esta hora también parte uno de Copa a Panamá y otro de Avianca a Bogotá por lo que la aglomeración en el aeropuerto era moderada. Permanecí casi dos horas en la sala VIP donde desayuné. Un poco temprano pero necesario considerando que el servicio a bordo en esta aerolínea ahora es un chiste.
UIO – MIA
Originalmente me tocaba un asiento en la fila de la salida de emergencia, pero lo cambiaron arbitrariamente y fui en el pasillo, un poco más atrás. La verdad no me quejo. Los asientos en emergencia siempre son algo extraños, con más legroom pero sin reclinación y encima, si algo pasara, estás obligado a abrir la puerta. Al menos no me ubicaron en un asiento del medio.
El tramo a Miami es operado por el controversial 737 MAX 8. Ya lo había volado antes en tránsito a Los Ángeles. Se me hace que es algo más angosto que el 737 común, aunque estar en el pasillo ayuda. Ya son más de dos años desde que lo volvieron a certificar y no ha tenido ningún accidente en este tiempo, por lo que supongo que es una opción segura. Además, es la única aeronave que American está operando en Ecuador, por lo que, si vuelas en esta aerolínea, no tienes chance de escoger.
Lo que me gusta del MAX 8 es que su despegue es sumamente suave. También siento que los lavatorios son más amplios. La cabina de American tiene puertos USB en cada asiento, Wi-Fi de pago e IFE en los dispositivos personales. Es bastante bueno, con 48 películas, 58 series con varios capítulos y contenido de interés general. Mucho mejor que todas las aerolíneas que volé el año pasado, donde las opciones son más limitadas. Lo que me da pena es que ya no publican su revista.
Ya en el aire empezó el “servicio”. Ahora solo te dan un paquete de galletas Biscoff y bebidas. Es mejor que lo que ofrecían en tiempos de pandemia, donde solo recibías una botella de agua y un paquete de pretzels. En verdad es terrible que hayan eliminado la comida caliente. Entre las tres aerolíneas legacy que operan en Quito esta es la que brinda las opciones más limitadas en cuando a alimentos y de hecho hasta es peor que JetBlue, considerada “low-cost”, donde los snacks son ilimitados. Copa y Aeroméxico, que han adoptado un servicio similar en rutas cortas, al menos te dan un par de snacks. American hasta da vergüenza. Lo único bueno es que ofrecen Dr. Pepper entre las bebidas.
Pasé el resto del vuelo intentando dormir y viendo algo del IFE. Llegamos unos minutos tarde y encima tuvimos que esperar a que nos asignen una puerta de desembarque, la cual fue en un área remota del aeropuerto y tocó tomar el tren para llegar a migración. Que frustrante, es la primera vez que me sucede esto en este aeropuerto volando en American, la supuesta aerolínea “reina” de MIA.
Ingresar a los Estados Unidos por este puerto aéreo es en verdad una tortura y siempre me sorprende lo caótico que es el trámite de migración, sobre todo en comparación con Atlanta, Houston, Fort Lauderdale o hasta JFK. Esta vez me tomó alrededor de hora y media. Esperaba que los agentes migratorios sean totalmente déspotas y groseros, pero el que me tocó no estuvo tan mal.
Tenía una escala de alrededor de tres horas en Miami y la pasé dando una vuelta por la terminal D, en la que solo opera American. Tiene un Wendy’s que está bueno y no le suben mucho los precios, por lo que es una buena opción para comer algo.
El vuelo a Chicago se retrasó repetidamente. Terminamos saliendo más de una hora y media tarde. Encima cambiaron la sala de embarque y obligaron a todos los pasajeros a cruzarse toda la terminal, lo que fue increíblemente molesto.
MIA – ORD
Este vuelo fue operado en un 737 -800 común y la verdad lo sentí tal cual el MAX. No sé si estoy loco, pero me parece que la cabina de American es más angosta en comparación con otras aerolíneas que operan la misma aeronave, que son muchas. En este caso el avión también contaba con puertos USB, IFE en dispositivos personales y hasta tenía un enchufe universal.
Durante el abordaje me percaté de que me tocó literalmente el asiento en la última fila del avión, pero no estaba tan lleno y el tripulante me permitió cambiarme a otro en el pasillo, unas filas más adelante, con el asiento del medio libre, lo que estuvo muy bien.
Este tramo toma como 30 minutos menos que el vuelo desde Quito por lo que ambos trayectos son comparables. Con alrededor de una hora en el aire inició el servicio, bastante similar al anterior. Sin embargo, en este caso ofrecieron dos snacks lo que me parece tan curioso. Creería que es más importante hacer una buena impresión en rutas internacionales más largas en lugar de un trayecto doméstico corto, encima entre hubs, pero bueno, en fin.
Lo que me gusta de IFE en las rutas domésticas es que habilitan la TV en vivo lo que siempre es bueno. Con todo, después de la escala de varias horas, este recorrido se me hizo tan largo. Llegamos casi a las 19:00 en medio de una tormenta de nieve. Después de perder todo el día viajando solo quería llegar al hotel.
La verdad no sé qué decir de American Airlines. Probé su producto en plena pandemia y esperaba que todas sus limitaciones sean únicamente por la emergencia sanitaria. Este claramente no es el caso. Me parece que ofrece probablemente la peor alternativa para ir a los EEUU desde Quito. Miami es un desastre para conectar con el resto del país y si este es el destino final, estoy seguro que LATAM, que también opera esta ruta, hace un mejor trabajo.
He volado con todas las aerolíneas estadounidenses en tiempos normales, las tres legacy en pandemia y American hasta da pena. Es lamentable también porque es la empresa de aviación estadounidense mejor posicionada en el Ecuador y hasta han llegado a operar tres vuelos diarios desde Quito. Encima, con el retraso del vuelo en Miami, la experiencia dejó tanto que desear.
Ahora si la tarifa está barata, sabes a qué atenerte y no es posible ir en cualquiera de las cuatro otras aerolíneas que van a los Estados Unidos desde Quito de forma directa (próximamente cinco), supongo que está bien para llegar a tu destino.