Fecha: 31-12-2022
Ruta: CUN – PTY – UIO
Vuelos: CM 354/ CM 829
Asientos: 5A/ 7C
Nave: Boeing 737-800
Aproveché la última semana del 2022 para hacer in viaje rápido a Cancún y alrededores. A lo que se acercaba el fin de año era hora de volver.
Mi vuelo partía a las 05:00, un horario terrible para volar, ya que prácticamente no te deja dormir, pero puedes aprovechar la mayoría del día cuando llegas, lo que siempre es bueno. Mi hotel estaba en el centro de Cancún y tomé un Uber para ir al aeropuerto. El trayecto en la madrugada fue veloz y no había nadie en el counter de Copa, por lo que tuve casi dos horas en la desolada terminal, con todos los comercios y restaurantes cerrados. Ya no sabía qué hacerme. Al menos tienen buen Wi-Fi ilimitado.
Cuando llegó la hora de abordar, el proceso fue rápido y sin inconvenientes. Creo que todos querían despegar enseguida. Gracias a mi status en la aerolínea pude acceder al primer asiento de economy, en ventana. Tiene el mejor legroom de toda la cabina turista. Inicialmente tenía la fila entera solo para mí, pero una vez que alcanzamos la altura crucero, una chica se sentó en el asiento del pasillo. Con todo, el del medio fue libre, lo que siempre es excelente.
Este tramo fue en uno de los Boeing 737 – 800 más modernos de la flota, con IFE individual, el cual tenía exactamente las mismas opciones que en el vuelo de ida, casi sin ningún estreno reciente y alternativas súper limitadas. De momento es probablemente el entretenimiento a bordo más decepcionante entre las aerolíneas legacy de la región, pero al menos lo conservan. Con todo, las pantallas en el asiento siempre serán más cómodas que ver el contenido en el dispositivo personal, lo que les da un punto extra.
El vuelo Cancún – Panamá apenas toma un poco más de dos horas. A pesar del itinerario incómodo al amanecer, es chévere ver cómo sale el sol desde los cielos. En este caso el servicio fue igual en los cuatro tramos que tomé: un pack de nachos, unas galletas dulces y bebidas. Es lamentable que lo hayan reducido tanto. Antes al menos te daban un sándwich o algo. Inclusive era más completo en tiempos de pandemia.
Aterrizamos unos pocos minutos antes de la hora. En Panamá tenía tan solo 50 minutos de escala, por lo que solo pude ir al baño antes de dirigirme a la nueva terminal desde donde partía el siguiente vuelo. Cada vez está más desarrollada y tiene buenas cosas (hasta un Olive Garden). Lo que más me gusta son sus grandes ventanas para hacer spotting. Es una estructura parecida a la de Narita, en Japón.
El vuelo a Quito dura un poco menos de una hora y media y, en este caso, también fue operado por uno de los 737 – 800 con IFE. Las cabinas están remodeladas, los asientos ahora son de cuerina y los siento más cómodos. El vuelo fue lleno en un 70% y, asimismo, tuve el asiento del medio libre. Para este tramo escogí un puesto en el pasillo, en la fila 7.
Todo el trayecto tuvo una severa turbulencia, tanto así que los tripulantes tuvieron que suspender el servicio después de entregarlo a las primeras filas. Sin más, vi algo del IFE, caminé por la cabina cuando fue posible y aterrizamos con la hora a eso de las 10:00.
No había volado en Copa desde el 2020, en plena pandemia. La verdad no sé qué pensar. Han reducido o eliminado tantas de las cosas que la hacían, probablemente, la mejor opción para moverse dentro del continente, que me parece que ahora no hay mucho que la haga destacar de otras aerolíneas. Solo el hecho de que cobren la maleta en bodega aparte (hasta hace unos pocos años te permitían dos, sin importar la tarifa que pagues) me parece terrible y es lamentable que hayan adoptado estas estrategias.
Sin embargo, puede que todo esto sea algo temporal. Hace unos meses volvieron a publicar su revista impresa (siempre un buen indicio), lo que me da esperanza que esto solo es un hickup y que las cosas vuelvan a la normalidad pronto.