Innegablemente, el objetivo principal al visitar Atenas por primera vez es conocer la Acrópolis y el Partenón. El landmark más famoso de Grecia y una de las ruinas más importantes en la historia de la civilización occidental, verla con los propios ojos, caminar por las estructuras de más de 2 000 años y sacar cientos de fotos es un bucketlist infaltable para muchos, sin duda para mí.
Me estaba hospedando a cinco minutos a pie de la plaza Monastiraki, que es el barrio que está debajo de la Acrópolis. Busqué en Google Maps cómo llegar desde el hotel y me mandaba a pie, una caminata de 15 minutos, algo empinada, hasta la taquilla. No estuvo tan mal. La entrada cuesta 20€ en la temporada alta, que es cuando la visité. Permite acceso a todo el complejo por el tiempo que uno quiera quedarse.
En el área están varias ruinas importantes, siendo el Partenón, obviamente, la más popular. He visto fotos de terror de aglomeraciones de turistas en el lugar, donde no hay cómo moverse y todo parece un caos, por lo que llegué media hora antes de que abran el recinto al público y me dejaron entrar. Esto fue increíblemente favorable, el complejo estaba con poca concurrencia, pude ver gran cantidad de los atractivos tranquilamente y tomar fotos sin ningún desconocido detrás, que es lo que usualmente pasa en estos lugares eternamente ajetreados.
El Partenón es la edificación más importante y está en la cima de la roca (no es una montaña). Fue construido para albergar una escultura de la diosa Atenea de 12 metros, hecha de marfil y oro. Lo están renovando desde los años 70, me parece, y parte de la estructura está cubierta con materiales de construcción. Está rodeada por una cerca por lo que no hay como acercarse mucho, peor aún tocarla.
En el área también están las ruinas del Erecteion, un templo jónico del 406 A.C. Lo consideran el “lugar más sagrado de Atenas” porque dicen que es donde Atenea hizo florecer el primer olivo, convirtiéndose en la protectora de la ciudad. Lo que en verdad llama la atención son las columnas que sostienen el templo, con forma de mujer, llamadas Cariátides.
Aquí también está el templo de Atenea Niké, que fue construido para conmemorar la victoria de Grecia sobre los persas en la Batalla de Salamina. Todo el lugar me hizo acuerdo un poco al Foro Romano de Roma, donde se conservan también ruinas de miles de años de otra de las culturas más importantes de occidente.
La roca donde está la Acrópolis es uno de los puntos más altos de Atenas por lo que, además de todas las estructuras, otro de los atractivos principales es el panorama que se visualiza desde este lugar. Tuve la buena fortuna de ir en un día totalmente despejado por lo que ver la ciudad desde lo alto es en verdad espectacular.
Sin más, después de como una hora, esta área del recinto cada vez estaba más concurrida y me empecé a frustrar, por lo que era momento de ver qué más había. Otro de los puntos de interés es templo y el teatro de Dionisio. Este último es considerado el primero en la historia de la civilización.
Una cosa que me gustó del complejo es que está bien señalizado y cada una de las estructuras tiene una placa explicando qué es, en griego y en inglés. Muchas veces, uno visita lugares de este tipo y no sabe qué es lo que esta viendo, por lo que me pareció bastante útil.
A las faldas de la roca hay un museo, inaugurado recientemente en 2009, pero entrar tiene un costo aparte y tengo entendido que solo exhibe más ruinas, por lo que decidí evitarlo. Terminé mi visita por otro de los accesos, cerca del barrio de Plaka, con calles laberínticas, restaurantes y comercios de todo tipo. Dar una vuelta por aquí es de lo más agradable para finalizar la experiencia.
He conocido diversidad de landmarks en todo el mundo y la Acrópolis, tanto por historia, relevancia y antigüedad, es uno de los atractivos de este tipo que más disfrute. Si bien el costo me parece algo elevado, conocerlo estando en Atenas es prácticamente indispensable. Además, es de fácil acceso, no toma mucho tiempo (una mañana relajada es más que suficiente) y, si te organizas bien, puedes tener una visita totalmente satisfactoria.
