Trip Reports

Quito (UIO) a Barcelona (BCN) en KLM (Economy)

FECHA: 25 -12 – 2021

RUTA: UIO – GYE – AMS – BCN

VUELO: KL0751/ KL1681

ASIENTO: 55A/ 19A

NAVES: Boeing 777 – 300 ER/ Boeing 737 – 800


Compré un pasaje a España en enero del 2020 para viajar ese mayo. Casi dos años después, al fin, lo pude usar. Mi oficina cierra por las fiestas cada Navidad y, si bien ir a Europa en invierno no era exactamente lo que tenía en mente, a la final todo funcionó.

Hice la compra en KLM y después de un cambio de fecha fallido, un voucher, un bono de $50 y una modificación de destino, finalmente concreté el viaje. Esta era mi primera vez en el holandés volador, lo que me emocionaba mucho. Los sabidos en el tema continuamente la evalúan como la mejor aerolínea europea que opera en Quito y la mejor forma de llegar al viejo continente. Así fue mi vuelo en la empresa de aviación más antigua del mundo.

Viajé el 25 de diciembre. KLM despega entrada la tarde, con una triangulación en Guayaquil. Por todas las revisiones, llegué al aeropuerto con tres horas de anticipación. La fila para el check in estaba bastante concurrida y demorada. A lo que me formé, iba como a la mitad del total. Dentro de todo, tuve suerte. Unos minutos después, la gente rebasaba el ingreso, con pasajeros malhumorados, equipaje bloqueando el paso e infantes haciendo competencia de llanto. El proceso fue totalmente torpe y caótico. Viajé solo con un carry on por lo que, a lo que llegué al counter, mi trámite fue veloz.

A esta hora, a parte de mi vuelo, solo despega uno de American Airlines a Miami y de Avianca a Bogotá. Por ello, la sala VIP estaba con una concurrencia moderada. Toda la comida era navideña, pero también había sushi. Me pedí un tequila sunrise en el bar.

El abordaje empezó con media hora de retraso y la sala estaba abarrotada, con los pasajeros que llegaban a GYE como destino final, aparte de los que embarcábamos a Ámsterdam.


Usualmente, este vuelo se realiza con el Boeing 777 200, pero en este caso, operaron el 777 300 ER, que es un poco más grande. No me quejo ni un poquito, para mí, mientras más grande el avión, mejor. Escogí, a propósito, un asiento en las filas del último. Si el vuelo no va tan lleno, hay un buen chance de que, al menos, el asiento del medio vaya libre y este fue justo el caso. Excelente para un trayecto de 11+ horas.

El tramo hasta GYE fue sumamente agradable, con el atardecer y los picos de las montañas sobresaliendo entre las nubes. En Guayaquil nos hicieron desembarcar a todos los pasajeros y esperar una hora hasta que llegue la nueva tripulación y adecúen el avión. Cuando Iberia triangulaba era exactamente igual. Me encanta el video de seguridad de esta aerolínea, con una animación de los azulejos de Delft, clásicos holandeses.

El asiento economy en su flota long haul es relativamente cómodo, con buen espacio y aún mejor reclinación. Me sorprendió. También tiene IFE personal, con una buena selección de películas, pero series limitadas. Tiene unos documentales de viajes de sus destinos producidos por ellos mismos bastante buenos. Volé la misma aeronave en American Airlines hace unos meses y KLM, sin duda, tiene una mejor cabina. Ya en el aire, los tripulantes repartieron una botella de agua, audífonos y un kit sanitario con antibacterial y toallas húmedas.

Una media hora después, empezó el primer servicio de cena, con las opciones de pasta y pollo. Escogí el pollo y era más cómo un arroz relleno, hasta con maqueño. No esperaba una comida latina, pero me gusta que se adapten a los mercados donde operan. Venía con ensalada, un pan caliente (lo mejor de todo) y un postre (era como mousse, no sé de qué fruta, solo estuvo ok).

Algo que me encanta de esta aerolínea es que es tan desvergonzadamente holandesa y reafirman su orgullo en las formas más inventivas. A parte del video de seguridad, sus vasos, empaques y cubiertos tienen detalles como tulipanes, molinos, suecos y bicicletas. Es algo tan increíblemente bobo, pero en verdad hace una diferencia.

Por lo demás, aparte de los documentales, intenté ver un par de películas, analizar obsesivamente el mapa de navegación (siempre lo hago) y dormí intermitentemente por unas cinco horas.

Hora y media antes del aterrizaje, inició un servicio de desayuno. En este caso solo era una opción: empanada de queso con un muffin, fruta, jugo y café. De hecho, estuvo bastante bien. Esperaba que pasen un tercer servicio (en los vuelos trasatlánticos de Iberia y Delta lo mantienen) pero supongo que, por la hora, no lo realizaron. Pasé el resto del vuelo viendo el mapa de navegación.

Tuve una escala de alrededor de 7h30 en Schiphol. En verdad quería salir a la ciudad y pasar el día paseando por los canales, pero fue imposible. El 22 de diciembre Holanda cambió los requisitos de ingreso y no estaba preparado. Además, las temperaturas de 0 grados de ese día me disuadieron de intentar nada.

Con todo, este aeropuerto es ENORME. En verdad masivo, por lo que buscar qué hacer para entretenerse no es problema. Tiene una muestra del Rijksmuseum gratuita que está muy bien y sus amplios ventanales son excelentes para hacer spotting y ver cómo se mueve el tráfico aéreo en una de las terminales más ocupadas del mundo, con aeronaves de todos los rincones del planeta.

Lo que más me gustó fue ver al A380 de Emirates. Es la primera vez que lo veo en persona y le saque cientos de fotos.


Otra cosa que me gusta del aeropuerto es cómo promueve la cultura holandesa y todas las tiendas de recuerdos típicos que tiene, con cerámicas de Delft, tulipanes, quesos, dulces, suecos y uno que otro recuerdo del distrito rojo.

El vuelo hacia Barcelona salía entrada las 20:00 y fue operado en un 737- 800. Se le sienten sus años, es similar a los de la flota antigua de Copa, con overhead bins pequeños y sin nada de entretenimiento a bordo, solo la revista. Con todo, la fila en la que me tocó fue solo para mí, lo que estuvo excelente. Aproveché los dos asientos libres para hacer una siesta pequeña.

Increíblemente, este trayecto contó con servicio a bordo: bebidas y un sándwich vegetariano de huevo. Es mejor que nada, sobre todo porque es cada vez más común que los vuelos dentro de Europa sean totalmente bare bones.

Aterrizamos un poco antes de la hora, pero el proceso para entrar a España ahora es algo más complejo. Se tiene que llenar una declaración de salud y cuando está completa te mandan un mail con un QR, que hay que enseñar a los encargados de revisarlo. Muchos pasajeros no lo tenían y les obligaban a llenarlo ese rato, lo que entorpecía todo. Una vez fuera, tomé el Aerobús para llegar a mi hotel, cerca de las Ramblas, entrada la madrugada.

En mi primer trayecto con KLM, la experiencia fue altamente satisfactoria. A pesar de ciertas limitaciones por los tiempos, claramente sigue siendo una aerolínea legacy, con un servicio que está a la altura. En verdad aprecio la ayuda para modificar el itinerario repetidamente y realizar el viaje finalmente. Con su excelente red de destinos en el continente y hasta en el Asia o el África, es una gran alternativa para llegar desde el Ecuador y conectar con el resto del mundo.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *