Si alguien sabe algo de mí es que soy un fan OBSESIVO de Harry Potter y el Wizarding World. Lo he sido por décadas y he tenido la buena fortuna de experimentar muchas de las atracciones que ofrece la franquicia alrededor del mundo, como visitar el parque en Orlando y los estudios en Londres. Por ello, esta vez que estuve en New York, tenía que ir a la tienda que abrió recientemente.
Si bien el local no es tan grande, ofrece una experiencia única. Ha generado gran emoción en el fandom y entre los seguidores casuales, tanto así que cuando inició operaciones este junio, quienes querían visitarlo debían hacer fila para sacar un turno en donde te informaban la hora a la que podías regresar. Usualmente, para el mediodía, no quedan turnos y vi más de un video de YouTube en donde las personas estaban formadas desde antes de las 06:00 para poder ingresar más tarde en el día.
Consciente de esto, planee temprano al día siguiente de mi llegada. Sin embargo, mi hotel estaba a unas pocas cuadras de la tienda, por lo que me arriesgué y fui ni bien dejé mis cosas en el cuarto. No sé si tuve suerte o si es porque era un lunes por la tarde, pero me dejaron entrar enseguida, sin hacer nada de fila y sin sacar ningún turno.
El local está ubicado alado del Flatiron, en Midtown, y cuenta con tres pisos. Está enfocado principalmente en la saga original, pero, como es New York, muchas de las decoraciones e ítems son de MACUSA, lo que me encantó.
El área después del ingreso es un espacio que tiene mercancía exclusiva, que no se puede conseguir en ningún otro lugar. Luego se pasa a una sala donde están las cuatro casas de Hogwarts, con artículos de cada una. También hay pantallas donde aparecen los personajes y una descripción de cada uno.
Luego se pasa como a un hall principal donde están las gradas para ir al piso inferior y está decorado con el Grifo que permite el acceso a la oficina de Dumbledore. Esta área se abre a más espacios, como una sección de varitas, donde puedes elegir la de algún personaje o permitir que una te escoja. Asimismo, hay una sala con todos los dulces de los libros y una pared llena de botellas de Butterbeer, embotelladas con el logo de MACUSA.
También hay una sección con juguetes de todos los animales fantásticos (amé el Monster Book of Monsters), ítems de Lego y detalles variados, infaltables en una atracción turística, como imanes de refrigerador, calcomanías y llaveros.
Este espacio también cuenta con una gigantografía de Hagrid en su tamaño real. El chiste es que te colocas alado para comparar tu estatura con el profesor de cuidado de criaturas mágicas. De igual manera, aquí está la única atracción interactiva de toda la tienda, en donde puedes tener una especie de duelo de magia. Es un poco gimmicky, pero supongo que está bien (lo intenté y me escogió la varita de Grindelwald).
Por lo demás, en este piso hay un bar de Butterbeer, que tiene una decoración increíble y estuvo abarrotado durante todo el tiempo que permanecí en la tienda. Aquí también están las cajas registradoras.
La planta de abajo está enfocada en artículos personalizados e ítems más exclusivos. Aquí puedes comprar las túnicas de las casas o los uniformes del Torneo de los Tres Magos y bordarles tu nombre. También hay una sala donde se consiguen réplicas de los props de las películas diseñados por Minalima. Es lo más caro de toda la tienda.
Igualmente, tiene una sección de papelería (no sé de qué otra forma referirme a este espacio), donde se consiguen los siete libros, además de las publicaciones complementarias, con diseños exclusivos de este local. También hay réplicas del Mapa del Merodeador, cartas de aceptación de Hogwarts y cuadernos como tickets para el Hogwarts Express.
Algo que me encantó es que todo el lugar está lleno de decoraciones y detalles que enriquecen la visita, como un booth de teléfono con afiches del indeseable no. 1 y el de Sirius Black. El área de los libros tiene una decoración increíble, como si los siete tomos estuvieran volando.
No sé si estoy loco, pero, al comparar con los gift shops de Universal y del Studio Tour London, se me hace que los precios son más convenientes aquí. Todos los Potterheads saben que la mercancía original de la saga es increíblemente costosa y esta tienda no es diferente. Sin embargo, no es imposible y conseguir algo (así sea por novelería), en menos de $10 es posible. Hasta hay buenas cosas por ese precio o menos. Las botellas de Butterbeer de MACUSA apenas cuestan $6. Si la bebes en el bar, es más caro.
En mi caso, compré una chompa de Gryffindor (siempre había querido tener una y al fin la conseguí en mi talla), una botella de Butterbeer y regalos para unos amigos. Algo que me parece genial de New York es que la ropa no paga IVA y en este lugar no es diferente. También me encanta que, en la caja registradora, te dan la opción de pagar 0,05 por una bolsa especial del Daily Prophet. Es otro buen recuerdo.
Entre todas las atracciones de Potter que he visitado en mi vida, debo decir que esta es la menos especial. Pero esto no quiere decir que no merezca la pena. Es medio injusto compararla con un land en un parque temático o el recorrido por el estudio donde se filmaron las películas. Con todo, si en verdad eres fan de la franquicia, como tienda, es increíble. Es obvio que la hicieron con mucha atención al detalle y puede ser un gran añadido a una visita a New York.