He visitado Los Ángeles cuatro veces a lo largo de mi vida y algo que nunca he logrado hacer hasta ahora es ver el signo de Hollywood. Sin duda la estructura más icónica de la ciudad y uno de los landmarks más famosos de los EEUU, llegar a un buen lugar para ver estas letras blancas de 14 metros no es tan sencillo. Aunque hay más de 15 áreas en la que se pueden apreciar, muchas ofrecen una vista terrible, cuentan con un acceso limitado o demandan una caminata de varias horas.
Tenía menos de 48 horas en LA, por lo que investigué detenidamente cuál era la opción menos complicada para este imperdible, considerando el poco tiempo que tenía. Si pones ‘signo de Hollywood’ en Google Maps, te lleva al centro comercial Hollywood and Highland, en el Paseo de la Fama. Su acceso es conveniente y hasta tiene un mirador, pero el letrero está sumamente lejos y no podrás sacar buenas fotos a menos que tu cámara tenga un zoom espectacular, peor aún selfies.
Por ello, opté por ir hasta Lake Hollywood Park. Este es un parque público en un área residencial y ofrece una vista espectacular. Sin embargo, hay lugares aún más cercanos para observar el signo, aunque su acceso es más difícil. Creo que este es un buen punto medio.
Me estaba hospedando cerca de LAX, en Inglewood, y la única forma de hacer el trayecto era en auto, por lo que contraté un Uber. Llegar hasta este parque me costó $52, sin duda el recorrido más costoso que he pagado. Algo que no deja de sorprenderme de Los Ángeles es lo grande y amplia que es la ciudad. Esto obviamente se ve reflejado en el costo del trasporte, pero bueno, en fin, hice la visita con un amigo y nos dividimos la tarifa, entonces no estuvo tan mal.
El viaje desde Inglewood tomó más de media hora. Hay que subir parte de este cerro por estrechas calles residenciales. Había escuchado que los habitantes de ese sector no quieren saber de turistas invadiendo su espacio y que se han organizado para colocar carteles (falsos) impidiendo el acceso, aunque, la verdad, no los vi. Hice la visita un viernes por la mañana y estuvo de lo más tranquilo. Hay un área para parquearse, pero es limitada, además de la presencia permanente de policías con una grúa, dedicados a llevarse los autos mal estacionados o los que permanecen ahí por mucho tiempo. Por ello, un servicio de transporte es la mejor opción para llegar.
El parque, de hecho, es sumamente encantador. No es tan grande y, cuando lo visité, había poca concurrencia. Ideal para hacer un picnic o pasear al perro. El signo está bastante cerca y es perfecto para tomarse cientos de fotos. Con cielos despejados y clima agradable, la experiencia estuvo muy bien.
Sin embargo, para sacar imágenes aún mejores, es posible subir una pequeña cuesta que está al costado del parque. Ahí, hay una especie de mirador en el que te acercas más al signo. Si quieres fotos impecables, sin ningún desconocido entrometiéndose, este es el mejor espacio.
Aunque recorrerse más de media ciudad solo para ver un atractivo turístico, por más icónico que sea, no es para todo el mundo, en mi caso personal creo que valió la pena. A la final, si visitaste LA y no te tomaste fotos con el letrero más famoso del mundo, ¿puedes decir que estuviste en la ciudad? Para bien o para mal, es como estar en París sin ir a la Torre Eiffel.