Estuve en Las Vegas este pasado abril y algo que en verdad quería hacer era visitar el Gran Cañón. El acceso a este lugar está tan cerca de la ciudad, que hacer un paseo de día no solo es posible, sino que increíblemente fácil de realizar, así sea en tiempos de pandemia. Es un excelente añadido a un viaje al área oeste del país. Así fue mi día en el segundo parque nacional más visitado de los EEUU.
Hay gran cantidad de opciones para hacer este paseo desde Las Vegas (en verdad cientos) y monitoreé la web repetidamente hasta encontrar la mejor alternativa para mí. A la final me decidí por Grand Canyon Destinations, que me ofrecía un horario cómodo, actividades completas, un precio apropiado y hasta almuerzo. La compañía mantiene una buena presencia online, está en todas las redes sociales y tiene excelentes evaluaciones en plataformas turísticas como Tripadvisor. Me parece que siempre es bueno fijarse en eso antes de hacer cualquier compra por Internet.
En verdad quería conocer el área sur del parque, la más desarrollada turísticamente y, por ende, la más popular, con las vistas más conocidas. Sin embargo, por la coyuntura, estaba cerrada. Además, está más lejos de la ciudad. Por ello, el paseo fue al área oeste. Esta sección es administrada por la tribu Hualapai y ofrece una experiencia diferente, pero igual de satisfactoria. También tiene panoramas impresionantes y está a apenas tres horas del Strip, lo que simplifica bastante el trayecto.
Contraté el tour desde Quito, a través de su página web. El trámite fue sumamente sencillo, solo hay que seleccionar la fecha y llenar un formulario rápido donde se indica el hotel, tipo de paseo y si se desea algún añadido, como un sobrevuelo en helicóptero o un recorrido por el río Colorado. El pago es con tarjeta de crédito y, al instante, recibí un correo con la confirmación. Unos días antes me llegó otro email solicitándome que escoja entre las diversas opciones de almuerzo (apenas es un sándwich con una funda de papas y una botella de agua, pero está bien. Es mejor que nada) y confirmando el lugar de encuentro. Me estaba hospedando en el Mandalay Bay y, en este caso, partimos desde la rotonda del hotel Excalibur.
El bus parte a las 07:00 y, en este día, fue lleno como a la mitad, con turistas de todo el mundo. Tiene un guía que va narrando la historia del Gran Cañón, cómo llegó a ser tan popular y una atracción imperdible al visitar esta parte de los EEUU. El parque nacional está ubicado en el estado de Arizona y el recorrido toma la icónica ruta 66 para llegar. Es agradable ver el paisaje del desierto mientras se transita por esa carretera.
El vehículo te deja en un área de recepción, donde el guía entrega las entradas a cada pasajero. Nos informó que teníamos cuatro horas para explorar el lugar, antes de encontrarnos nuevamente en el mismo sitio, para volver. Hay que tomar otro bus, propio del parque nacional, que te lleva al primer mirador: Eagle Point.
Esta área del parque se llama así porque se puede distinguir un águila con las alas abiertas entre las formaciones de las rocas. Ofrece una vista espectacular y es perfecto para sacar impresionantes fotos panorámicas. Hay un encargado que indica a los visitantes que no deben aproximarse mucho al borde y que hay que tener cuidado con las serpientes (enhorabuena no vi ninguna).
Es aquí donde está el Skywalk. Este es un puente de viga en voladiza, con suelos de cristal, que permite vistas aún más increíbles. Ingresar a esta atracción tiene un costo aparte y consideré pagarlo, pero es bastante costoso para lo que ofrece, no te permiten sacar fotos por tu cuenta (hay que pagarle a un fotógrafo profesional para que lo haga) y no te puedes quedar todo el tiempo que quieras en la estructura (solo pueden estar hasta 120 personas a la vez y hay largas filas para ingresar), por lo que desistí.
Igual, más allá de apreciar las vistas escénicas, es divertido explorar el área del desierto y conocer un poco más de la cultura Hualapai.
Los shuttles del parque están en constante funcionamiento para ir al segundo punto de interés de este lugar: Guano Point. Este es otro mirador que ofrece vistas, diferentes pero complementarias, a las de Eagle Point. Es igual de impresionante. Tiene también un área de picnic y puedes subir una formación para obtener un panorama 360 del área.
Hice este paseo con un amigo y pasamos la mayoría del tiempo sacando fotos y explorando el lugar, antes de tomar el autobús para volver al punto de encuentro. El viaje de vuelta se me hizo eterno, pero cuando estábamos próximos a Las Vegas, el guía empezó a contar la historia de la ciudad, lo que fue entretenido. Llegamos a eso de las 18:30, después de más de 11 horas y un día bien aprovechado.
He tenido la buena fortuna de realizar varios daytrips alrededor del mundo y debo decir que, sin duda, este fue uno de los mejores. El Gran Cañón es algo que en verdad deber ser visto y es difícil poner en palabras la majestuosidad de estas formaciones. Aprecio que haya tanta oferta para hacer este trayecto y que te den todas las facilidades para visitar este parque nacional. Es una de las excursiones más populares desde Las Vegas y un complemento fabuloso cuando se visita esta ciudad.