Los imperdibles

Un día en San Miguel de Allende

Aproveché el feriado de carnaval pasado (cuando se podía viajar) para canjear unas millas que estaban por caducar e ir unos días a la Ciudad de México. He visitado esta urbe y sus alrededores varias veces por lo que, esta vez, quería hacer algo diferente. Consideré algunas opciones y un daytrip a San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato, era posible y relativamente sencillo de realizar.

Aunque está a una distancia considerable desde la CDMX y el recorrido es algo cansado, este paseo rápido a la mejor ciudad del mundo según Travel + Leisure fue, sin duda, lo mejor de mi viaje. Si bien siento que me faltó tiempo, una visita de día es adecuada para tener una idea general del lugar y comprender qué lo hace tan especial. Así fue mi experiencia en el Pueblo Mágico guanajuatense.

Cómo llegar

Las visitas guiadas operadas por agencias turísticas pueden ser algo restrictivas, pero simplifican gran cantidad de detalles y, en esta ocasión, era la opción más sencilla para hacer este paseo. Usualmente reservo este tipo de actividades con Civitatis o Viator. En este caso lo hice a través de 101 Viajes, que me ofrecía una alternativa más cómoda. Es un paseo de día algo costoso, sobre todo para México. Sin embargo, considerando que el recorrido toma más de tres horas, supongo que está bien.

Unas semanas antes del viaje hice la compra a través de su página web, con tarjeta de crédito. El proceso fue sumamente sencillo, seguro y recibí la confirmación en mi correo de inmediato.

El trayecto desde la Ciudad de México hacia San Miguel de Allende opera tres veces por semana y parte desde un lugar en el centro de la ciudad, cercano a mi hotel, temprano en la mañana. Me dirigí al punto de encuentro con lo que salía el sol y partimos unos minutos tarde. El recorrido se llevó a cabo en una buseta pequeña y fuimos a penas ocho personas, de todo el mundo, más la guía y el conductor.

San Miguel de Allende

Llegamos a la ciudad a eso de las 11:00. La primera parada fue un mirador para sacar buenas fotos panorámicas del centro de la ciudad, un añadido importante para quienes nos gusta la fotografía. Posteriormente, el conductor se estacionó en un lugar designado y el grupo siguió a la guía, quien hizo un tour a pie relativamente rápido, explicando la historia de la ciudad, sus edificaciones y arquitectura tradicional.

Nos detuvimos en El Jardín, la plaza frente a la Parroquia de San Miguel Arcángel, el principal atractivo turístico, donde el grupo se dispersó para explorar el lugar por su cuenta. He tomado una serie de visitas guiadas en todo el mundo, las cuales suelen exigir que los grupos permanezcan juntos todo el tiempo. Que te den la opción de conocer la ciudad a tu manera es un detalle excelente. En lo personal, me parece la mejor forma de proceder.

Aproveché las 5+ horas de ‘tiempo libre’ para recorrer las pintorescas calles, sacar varias fotos, comer algo típico y conocer los diversos puntos de interés que ofrece este lugar.

Además de entrar a la Parroquia de San Miguel Arcángel, di una vuelta por la Plaza Cívica y pasé un largo rato recorriendo el Mercado Artesanal. Creo que lo que más me gustó fue lo colorida que es la ciudad. Su fachada colonial está increíblemente bien preservada, casi no hay autos circulando, lo que hace que sea perfectamente caminable y muchas de sus calles cuentan con los banderines tradicionales. Es un gran lugar para apreciar la verdadera esencia mexicana.

Mi visita fue un sábado y pensé que, al menos el centro, iba a estar abarrotado de turistas, pero estuvo bastante tranquilo. Tuve la buena fortuna de contar con un día de buen clima, cielos despejados y una atmósfera relajada. Como no es una urbe muy grande, es perfecta para un paseo de día. No obstante, igual siento que me faltó tiempo para descubrir todos sus rincones.

El regreso

Alrededor de las 17:00 llegó la hora del retorno. Si la llegada se me hizo bastante rápida, al regreso lo sentí eterno, en particular la entrada a la CDMX, famosa por su congestión vehicular. La buseta tenía televisor y reprodujeron unas películas, aunque no puse mucha atención.  

Estuvimos en el punto de partida a eso de las 20:30, después de casi 14 horas de viaje. Con lo que respecta a excursiones de día, este es uno de los más largos y cansados que he hecho. Pone a prueba los límites de lo que un daytrip debería ser. Sin embargo, creo que el destino lo merece y puede ser un excelente añadido para conocer uno de los puntos más encantadores del país en un viaje a la capital mexicana. En cuanto a paseos a pueblos cercanos desde la Ciudad de México, para mi este es, sin duda, el mejor.

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