Es uno de los destinos imperdibles en Sudamérica, el cual, de seguro, merece su fama. Visité la ‘ciudad maravillosa’ hace unos años y me pareció un lugar genial. Una vibrante urbe playera con mucho que ofrecer. Aunque tiene áreas menos pulidas, ese es parte de su encanto y merece una posición en el bucketlist de cualquier viajero. Estas son las cosas que más disfruté en mi visita a Río de Janeiro.
Playas de clase mundial
Las playas de ciudad pueden ser sucias, decepcionantes y abarrotadas de gente. Tal vez tuve suerte, pero me pareció que este no es el caso en Río. Las más famosas como Copacabana e Ipanema son más concurridas, pero igual están bien y no se pueden dejar de visitar. Pasear por largas horas en sus malecones, deteniéndose en sus bares de caipiriñas es prácticamente un requisito. Sin embargo, las más alejadas, como Prainha, parecen estar totalmente aisladas del mundo y me parece impresionante que estén ubicadas a tan solo unos minutos de una metrópoli cosmopolita.
Las vistas
Una cosa que, sin duda, se puede decir de Río, es que es una de las ciudades más fotogénicas del mundo. Los panoramas que se pueden apreciar desde el Pan de Azúcar, el parque de Tijuca, donde está el Cristo Redentor o cualquier edificio de Leblon o de Copacabana se prestan para increíbles fotos, sea de día o de noche. Asimismo, la urbe está llena de pintorescos barrios coloridos, perfectos para capturar la esencia la vida carioca.
Los sights
Los espacios de interés turístico de Río son celebres en todo el mundo y dignos de verse. Aunque me parece que está algo sobrevalorado, el Cristo es una maravilla mundial y si vas a Río y no te sacas una foto en ese lugar, ¿en verdad puedes decir que estuviste ahí? Asimismo, Selarón, el Sambodromo (así no sea carnaval), la Catedral de Río de Janeiro, el Maracaná y los ya mencionados Pan de Azúcar, Copacabana e Ipanema son todos lugares imperdibles y su fama mundial es por algo.
Street food
Debo decir que algo que en verdad disfrute en mi visita a la ciudad carioca es la variedad de comida callejera que se puede degustar. El Pão de queijo es el clásico snack brasileño y su aroma se percibe en las calles a toda hora, lo que lo hace irresistible. Por otro lado, probar la tapioca con sus diferentes rellenos, los brigadeiros y las coxinhas es una excelente manera de apreciar la cultura de este país, a través de su comida.