Los imperdibles

Cómo es viajar en el tren bala japonés/ Daytrip a Kioto

Hace unos meses realicé mi primer viaje al Japón y, entre las actividades que planifiqué, una de las más especiales, sin duda, fue un day trip a Kioto, en tren bala. Conocer la capital original del país del sol naciente y ver más de la esencia tradicional japonesa era algo que no me podía perder, sobre todo por el Fushimi Inari- taisha, un bucket list infaltable para mí.

Esta fue mi primera vez viajando en tren de alta velocidad. Toda la experiencia fue relativamente fácil de realizar y, aunque hacer un recorrido en Shinkansen es algo costoso, me parece que en verdad vale la pena. Si bien no pude ver tanto de Kioto como hubiera querido, cumplí con mi objetivo principal.

La compra del ticket

Tuve alrededor de nueve meses para planificar este viaje e, indagando en la Internet, encontré la página de Japican, donde se puede comprar tickets para el tren bala con un descuento. Solo está disponible para personas que vivan fuera de Japón y se debe comprarlos con anticipación, antes de llegar al país.

Fue algo relativamente arriesgado, pero vi varias evaluaciones de clientes satisfechos de todo el mundo y el descuento de más de $100 era demasiado bueno como para dejar pasar. No tuve ningún problema y, ya en Tokio, unos días antes me acerqué a las oficinas de esta empresa en Tokyo Station para llenar un formulario, presentar un código que enviaron a mi correo y mi pasaporte. Ahí seleccione la fecha y los horarios del viaje. Todo este trámite tomó alrededor de 30 minutos.

El recorrido

El Shinkansen es operado por las líneas JR de Japón y parte de Tokyo Station. Llegué a la estación con unos 20 minutos de anticipación, temprano en la mañana. Los funcionarios fueron extremadamente amables y, en su limitado inglés, me ayudaron a encontrar el andén y la puerta del tren donde debía ubicarme.

El trayecto fue en un tren con asientos sin reserva y uno puede sentarse donde desee. Me ubiqué a la derecha para poder ver el monte Fuji durante el recorrido. El vagón tiene dos filas de tres asientos, con un excelente espacio y estaba impecable. Fue lleno en un 30%.

Kyoto es una de las últimas paradas, pues el tren continúa hasta Osaka. El viaje tomó como dos horas y media. La velocidad en verdad no se siente. Llegué a Kioto Station un poco antes de las 10:30.

El Fuji. Un poco nublado pero bueno, ahí está.

El ticket que pagué venía con un pase de 24 horas para el metro de Kioto. Perdí como una hora buscando el lugar donde debía canjearlo, solo para descubrir que el metro no opera hasta el Fushimi Inari y debía tomar otro tipo de tren.

Kyoto Station

La gran Kioto

Como conocer este santuario, que existe desde el siglo VIII, era mi objetivo principal, no perdí tiempo en dirigirme hacia este lugar. La entrada es gratuita y lo único que puedo decir es que en realidad es un sitio espectacular y es fácil ver por qué es el atractivo principal de la ciudad y uno de los íconos del Japón.

El templo, dedicado al dios del arroz y patrón de los comerciantes, está lleno de senderos laberínticos con más de 10000 Torii, donadas por los fieles a través de los años para solicitar o agradecer favores. Como está situado en la montaña Inari, el recorrido es ascendente.

Al ser la atracción más popular de la ciudad, evidentemente está llena de turistas y la entrada es un poco ajetreada, pero mientras más se sube, estos se van quedando detrás. Sacarse una buena foto entre las Torii rojas, sin ningún desconocido por detrás, es posible.

Durante el trayecto y al llegar a la cima hay algunos miradores donde se pueden apreciar vistas de la gran ciudad y tomar fotos panorámicas. Es un buen añadido a la experiencia.

Permanecí en este lugar hasta entrada la tarde. Quería sacarle el mayor provecho posible. Pensé dedicar el resto de mi día a conocer más de Kioto, en particular el distrito de Gion, donde están las verdaderas Geishas, pero no fue posible. A lo que me iba, empezó a caer una fuerte lluvia y me vi obligado a buscar refugio en un centro comercial.

Obviamente, esto fue increíblemente frustrante y tuve que quedarme en este sitio hasta que llegó la hora de regresar. En fin, no se puede tener todo y al menos pude realizar lo más importante.

Con todo, he escuchado que turistas impertinentes hacen labores de paparazzi con las geishas de Gion, deteniéndolas mientras van a sus compromisos y obligándolas a llegar tarde, lo que les trae problemas. No quería ser una de esas personas.

El regreso

Estuve en la estación como una hora y media antes del regreso y di una vuelta por el lugar. Es una terminal masiva, con cientos de comercios distribuidos entre varios pisos y hasta tiene un supermercado.

Para el regreso, el tren estuvo totalmente lleno, con gente viajando incluso de pie. El recorrido se me hizo extremadamente largo (como suele suceder). Después de un day trip de 15 horas, estuve en mi hotel en Shinjuku a eso de la medianoche.

El retorno

A pesar de todo, puedo decir que esta fue una excelente experiencia. Kioto merece más que un día y evidentemente esta “probadita” no fue suficiente. Pero bueno, con esta visita básica al menos tengo un buen pretexto para volver.

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