No le dicen la Ciudad de la Luz por nada. La capital francesa es un destino tan célebre que, usualmente, es el lugar estrella al visitar el viejo continente. Este fue mi caso y cuando la conocí por primera vez, rápidamente se convirtió en una de mis urbes europeas favoritas. Sé que no es para todos. Su fama ha hecho que muchos tengan expectativas desmesuradas y al visitarla, no pueden evitar sentirse decepcionados. Entiendo este sentimiento, pero creo que es un lugar que tiene tanto que ofrecer y sigue siendo una de las grandes ciudades del mundo. Esto es lo que más me gusta de París.
La panadería
Me parece un poco peculiar empezar con esto, pero en verdad creo que la panadería y pastelería francesa está en otro nivel. Qué increíble es disfrutar de todas las creaciones reposteras de esta ciudad. Usualmente los panes, pastas y dulces más apetecidos son franceses y aquí se descubre por qué se merecen su fama. Los croissants, los baguettes, los macarons, las óperas. Descubrir nuevos sabores y degustar los clásicos es algo que no se debe dejar de hacer. También me encantan los puestos callejeros de crêpes, imperdibles en cualquier visita.
Las atracciones
París es un destino que ofrece tantas experiencias únicas, imposibles de replicar en otro lugar. Una foto con la Torre Eiffel es necesaria para cualquier persona que quiera presumir un viaje a Europa, un paseo por el Sena es apasionante, así como lo es caminar por los Campos Elíseos, la Plaza de la Concordia o dar una vuelta en el Barrio Latino. Una visita en el museo más famoso del mundo es obligatoria, aunque pueda llegar a abrumar y entrar en Notre Dame (cuando sea posible nuevamente) es ideal para imaginarse cómo era esta ciudad en tiempos medievales. Asimismo, sus parques, cafés y estaciones de metro son infinitamente fotografiables.
Monmartre
Este barrio, hogar de los pintores bohemios de finales del siglo XIX, tiene un encanto tan singular y evoca ese romántico pasado parisino de antes de la Primera Guerra Mundial. Al recorrer la Place du Tertre y la subida al Sacre Coeur uno se siente en plena Belle Époque. Sacarse una foto en el Moulin Rouge y en el carrusel también es básico al estar en este lugar. Además, las vistas desde la basílica son unas de las mejores en toda la ciudad.
Disneyland Paris
Incluir a este parque temático estadounidense puede ser algo controversial, pero tengo argumentos. Personalmente, amo Disney y creo que visitarlo es indispensable para cualquier fan. Los que han estado en esta atracción y alguna de los EEUU saben que ofrece una experiencia diferente, mucho más europea. Además, el landscaping del parque es impresionante y estéticamente me parece más bello que sus versiones estadounidenses. Aunque la atención del personal y ciertos juegos no están al nivel, igual vale la pena visitarlo y me encanta lo fácil que es llegar desde el centro de la ciudad.
Versalles
Ya hablé un poco de este complejo en otro post. Conocer sus interiores y, particularmente, sus jardines es una de las actividades más cotizadas al estar en París y no es para menos. La belleza de la arquitectura del palacio y el paisajismo de los jardines musicales son impresionantes. Como está un poco alejado de la ciudad, Versalles es un muy buen daytrip, ideal para conocer uno de los recintos más populares de Francia y cambiar de ambiente.