Trip Reports

Madrid (MAD) a Quito (UIO) en Aeroméxico (AM Plus)

Fecha: 3/06/2024

Ruta: MAD – MEX – UIO

Vuelos: AM20/ AM684

Asientos: 21G/ 7F

Nave: Boeing 787 -9/ Boeing 737 MAX 8

Este pasado verano estuve alrededor de 12 días en Europa y, a lo que empezaba junio, llegó el momento de regresar. En este caso, hice el trayecto hasta Quito en Aeroméxico, con una escala de alrededor de 12 horas en la CDMX.

El vuelo que tomé sale a las 09:00, por lo que tuve que estar en el aeropuerto extremadamente temprano. El metro de Madrid es algo confuso para llegar a Barajas, con varios trasbordos y tenía equipaje, entonces fui en taxi hasta Cibeles desde mi hotel y tomé el Exprés Aeropuerto, que apenas cuesta 5€. Es un excelente servicio si no puedes tomar el tren de cercanías, que es aún más barato, pero su horario es limitado en comparación.

MAD – MEX

Aeroméxico opera en la T1 de Barajas y tiene una amplia presencia en la terminal, con varios counters para atender diversidad de vuelos diarios. A lo que llegué, la concurrencia era moderada y facturaron mi maleta de mano sin costo.

En este tramo de 10 horas hacia la CDMX, el avión fue un 787-9 Dreamliner, el más grande de la flota de Aeroméxico y era primera vez que lo volaba. Se siente mejor que el 787 – 8, la aeronave que tomé a la ida, con pantallas más grandes, más espacio entre asientos y más amplio a los lados. Increíblemente, otra vez, me ubicaron en un asiento en AM Plus, el producto Premium Economy de la aerolínea, sin pagar un solo dólar adicional. La verdad no sé por qué lo hicieron en ambos trayectos trasatlánticos, pero estoy increíblemente agradecido por eso. Te dan un amenity kit, con antifaz para dormir, audífonos para el IFE, además de almohada y cobija. El vuelo fue lleno en un 90%, pero el lugar del medio en mi fila fue vacío, lo que siempre es genial.

Ya en el aire empezó el servicio de desayuno. Ofrecieron wafles o huevo. Por lo general, escojo siempre huevo, que siento que alimenta más, pero los wafles tenían un gran aroma, por lo que los seleccioné. Qué decepción, tal vez uno de los desayunos más simples y malos que he probado en un trasatlántico. Ni siquiera me dieron miel de maple. En fin.

Logré dormir unas horas, y vi series y películas. El vuelo tuvo un poco de turbulencia leve, pero, como estaba quedándome dormido, la sentí arrulladora.

En este caso, el IFE era exactamente igual que a la ida, con las mismas opciones de entretenimiento. Pensé que lo iban a cambiar por ser otro mes, pero no fue el caso. Delta, como reloj suizo, lo renueva el primero de cada mes.

Con unas horas antes del aterrizaje, ofrecieron un segundo servicio de almuerzo que estuvo tan bien como puede estar una comida en turista. Era un pollo con una salsa que, supongo, era mole. Vino con dos ensaladas, pan y un postre.  Además, en la parte de atrás de la aeronave, ofrecían bebidas y snacks tipo self service. Me encanta cuando hacen eso, KLM, Delta y Eurowings Discover hacen algo parecido.

Tenía 12 horas de escala en la CDMX y me arriesgué a ir en metro a la ciudad. Aeroméxico opera en la T2 del Benito Juárez e iba a tomar el Aerotrén a la T1, desde donde sale el metro, pero no hizo falta. Hay una estación a unos 20 minutos saliendo del edificio y una guardia de seguridad me ayudó a encontrarla. Está ok pero no lo recomiendo con maletas grandes o pesadas. Además, los accesos pueden ser confusos.

Di una vuelta por la CDMX, almorcé y ya no sabía qué hacerme, entonces entré al cine. Para el regreso tomé un Uber al aeropuerto. No quería hacerlo, pero me quedé sin pesos y no podía pagar el metro con tarjeta. En fin, fue más cómodo y estuve en el aeropuerto con buen tiempo.

MEX – UIO

Al abordar, enhorabuena, me ubicaron otra vez en AM Plus, en una de las primeras filas solo para mí.  Es genial cuando eso pasa eso y mucho mejor si es tan adelante. Lo único malo fue que nos detuvieron más de 30 minutos porque el espacio aéreo estaba congestionado. Ya era entrada la madrugada y estaba increíblemente cansado.

Cuando al fin despegamos, casi de inmediato, pasaron el servicio sencillo característico de estas rutas de menos de cuatro horas. A penas es un paquete de galletas y bebidas. Al finalizar, aproveché para ir al baño y me dormí el resto del trayecto, lo que me ayudó bastante porque ya colapsaba.

El vuelo, que te tenía que llegar algo antes de las 06:00, terminó aterrizando casi a las 07:00.

Estoy sorprendido y agradecido con Aeroméxico. Considerando el estado de la aviación luego de la pandemia, su producto legacy, en rutas de largo radio, es competente y hasta mejor que muchas otras opciones.

Sin embargo, el día que llegué a Europa, anunciaron que suspenderían temporalmente sus operaciones en Quito, lo que en verdad me entristeció. Espero que sea solo eso, una suspensión temporal y que retomen esta ruta, una conexión fundamental para el Ecuador, no solo con México, sino también con los EE. UU, Europa y hasta el Asia. Es una ruta que el Ecuador necesita.

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