Fecha: 21-2-2023
Ruta: ORD- MIA- UIO
Vuelos: AA791/ AA2259
Asientos: 25A/ 18C
Nave: Boeing 737 MAX 8
Estuve en Chicago este pasado feriado de carnaval y, después de unos días en la capital del Midwest, era hora de volver.
Estaba hospedado en el South Loop y tomé el metro al aeropuerto. Si bien O’Hare está perfectamente contactado con el centro de la ciudad, mi ubicación puntual era algo compleja para acceder a la línea azul, que es la que va a la terminal aérea. Los transbordos son algo incómodos, sobre todo si vas con una pieza grande de equipaje, pero creo que Google Maps comprende esto o algo así, porque me mando en una ruta alterna en otra línea que se conectaba con la azul, con gradas eléctricas y ascensores, lo que me facilitó la conexión bastante y no tuve que cargar la maleta para subir o bajar gradas ni una vez.
Ya en la línea azul tuve una suerte terrible. Estaban capacitando a un nuevo conductor en el tren anterior al nuestro y se detenía todo el tiempo. El recorrido, que usualmente toma menos de una hora, en este caso se demoró más de dos. Los pasajeros estaban visiblemente molestos, yo uno de ellos, y llegué apenas una hora antes de que parta el vuelo.
Encima tenía que facturar maleta (cuesta $45), pero tuve ayuda de una agente extremadamente amable y la fila de seguridad no estuvo tan concurrida. Alcancé la sala cuando estaba abordando el grupo 4 y yo estaba en el 5.
ORD – MIA
Chicago O’Hare y Miami International son dos de los hubs más grandes de American, lo que hace que la ruta sea bastante concurrida. Tenía la esperanza de que me cambien a un wide body como sucedió cuando fui a Los Ángeles en esta misma aerolínea, pero no fue el caso. El tramo fue operado por un 737 MAX 8, el mismo que vuela la ruta a Quito. No es mi aeronave favorita pero ya estoy acostumbrado. Tiene un puerto USB e IFE en los dispositivos individuales pero el piloto informó que estaba fallando en este avión. Intenté usarlo y efectivamente no funcionó.
La cabina estaba algo sucia (mi mesa tenía rayones de crayón) y fue llena al 100%. Con un poco más de una hora en el aire empezó el servicio: bebidas y dos snacks: una funda de galletas Biscoff y un paquete de pretzels (lo mismo de siempre). Cómo era de día pedí un café y un jugo de manzana (me dieron toda la lata).
El IFE no funcionaba y estaba algo cansado, por lo que logré dormir un poco. Aterrizamos unos minutos antes pero el avión dio vueltas y vueltas hasta que desocupen la puerta de desembarque asignada. El piloto informaba al respecto cada cierto tiempo.
MIA – UIO
Tuve una escala de como dos horas en Miami. Este es, tal vez, el aeropuerto que menos me gusta en los EEUU, pero la terminal D, desde donde opera American no está tan mal. Llegué a la sala de embarque con buena anticipación, pero el abordaje inició casi una hora tarde.
Este es un tramo algo incómodo. Parte a lo que cae la tarde, pero llega casi a la medianoche y coincide con múltiples otros vuelos, lo que siempre provoca aglomeraciones en el área de migración del Mariscal Sucre. Además, usualmente, tanto pasajeros como personal están de pésimo humor, lo que entorpece todo. Consciente de esto, seleccioné mi asiento lo más adelante posible, en pasillo, para hacer una escapada rápida y evitarme todas estas molestias.
Me parece que volar en pasillo en el MAX 8 permite un poco más de espacio. En este caso, cada asiento tenía almohada y cobija, igual que en el vuelo de la ida. El IFE funcionó sin problema y pasé todo el trayecto explorándolo. Me gusta que tenga contenido de Apple TV+ y HBO Max.
El servicio fue exactamente igual que en el vuelo doméstico, con dos snacks y bebidas. Como era de esperarse, el aterrizaje fue con casi una hora de retraso. Esto a la final no fue tan malo porque el trámite de migración estuvo manejable y logré salir en menos de 30 minutos.
American Airlines es lo que es. Su producto suave economy en rutas internacionales ahora es lamentable, a penas un poco mejor que cualquier low cost. Me parece que ofrece la peor experiencia a bordo de las cuatro aerolíneas estadounidenses que operan en Quito (las he probado todas).
Personalmente, creo que solo la escogería por encima de las otras si tiene una tarifa fabulosa como en este caso, intento acumular millas Aadvantage, o si mi destino final fuese Miami y volar en LATAM o cualquier otra opción, así sea con conexión, fuera más costoso. Con todo, supongo que cumple con su propósito, es una alternativa más para llegar a los EEUU, su red doméstica desde Miami es bastante buena y, si solo quieres llegar a tu destino final, está bien.