FECHA: 13/02/2018
RUTA: Newark (EWR) – Detroit (DTW) – Atlanta (ATL) – Quito (UIO)
VUELOS: DL6235 (Operado por Gojet Airlines), DL2364, DL673
ASIENTOS: 14 A, 22 A, 31 A
NAVES: Bombardier CRJ 700ER (EWR-DTW), Boeing 757 (DTW-ATL), Boeing 757 (ATL-UIO)
No había volado en Delta Air Lines en cuatro años cuando compré mi pasaje hace algunos meses. Recordaba que mi primera experiencia con ellos (hacia Barcelona) fue agradable por lo que, cuando vi una excelente tarifa (en verdad fabulosa) para New York, no dudé en aprovecharla. Estaba interesado en ver cómo es su producto doméstico en economy, en un tiempo en el que cada vez se escucha más controversia con las aerolíneas estadounidenses, particularmente en sus rutas dentro del país. Este es el review de mi vuelo de regreso, con una parada adicional en Detroit.
El check in
Antes de mi viaje descargué la app de Delta (“tan buena” que ha ganado premios) en mi celular. 24 horas antes del vuelo de regreso intenté hacer el check in no menos de cinco veces, sin éxito.
“¿Solo cinco veces?” Me preguntó la chica del counter, lo que me da a entender que esto es algo común y que debería ser revisado. Sin embargo, como Newark International es el aeropuerto más lejano de los tres que sirven a New York (está en New Jersey) y como contraté un shuttle para llegar, tuve más que tiempo suficiente para realizar el check in, facturar mis maletas (dos en bodega, el precio incluido en el ticket) y pasar por seguridad. No encontré fila en ninguna ocasión, por lo que todo el proceso hasta llegar a la sala de espera no me tomó más de 20 minutos.
La terminal B de Newark, que es la que usa Delta, se me hizo algo pequeña. No hay muchas tiendas ni restaurantes, pero tiene buen acceso a Internet, por lo que uno puede entretenerse sin problema.
EWR – DTW
El abordaje fue ágil y sin problema. Esta ruta fue operada por Gojet Airlines, que provee de servicios aéreos en rutas cortas a United y Delta. El avión fue bastante pequeño, pero tuve el asiento de alado libre, que hace de la experiencia mucho más cómoda.
Me sorprendió que ofrecieran snacks y bebidas. Es algo que ya casi no sucede en rutas domésticas y sobre todo para un vuelo tan corto. Pedí un snack mix y una Coca-Cola.
Algo que me encanta de esta aerolínea es su atención al detalle. Las servilletas son auspiciadas por Coca-Cola y tienen juegos como tres en raya o crucigramas para jugar con tu vecino y entretenerse durante el vuelo. Es algo tan inesperado y sencillo, pero a mis ojos, hace una diferencia.
Refunfuñé un poco por la escala (de sobra) en Detroit, pero fue rápida, sin inconvenientes y por el precio que pagué por el pasaje, no puedo quejarme. El aeropuerto, el segundo hub más grande de Delta, me pareció cómodo, grande y tiene buen Wi Fi.
DTW – ATL
El abordaje fue un poco ajetreado pero rápido. El vuelo estuvo lleno en un 90% y avión demoró un poco en tránsito para despegar. No tuvimos inconvenientes y la llegada fue relativamente a tiempo.
No esperaba que este vuelo tenga AVOD, por ser un trayecto corto y nacional. De todos los In Flight Entertainments que he tenido la oportunidad de probar en los últimos meses (Iberia, Avianca, Delta, Copa), el de esta aerolínea me parece el mejor, con miles de películas, series, música, juegos y TV en vivo. También cuenta con cargador USB. La pantalla es touch y altamente responsiva.
Al igual que en el vuelo anterior, ofrecieron snacks y bebidas. Pedí las almendras tostadas (la azafata me dio dos paquetes) y un jugo de naranja.
ATL – UIO
El aeropuerto de Atlanta Harstfield Jackson International es el más transitado en el mundo y el hub principal de Delta, pero sentí su terminal internacional algo pequeña. Aunque las salas de espera son amplias y con grandes ventanas para ver el tráfico aéreo, solo tiene unas cuantas tiendas y un patio de comidas que, a mi parecer, es bastante limitado. No obstante, no pude hacer uso de ninguno de sus servicios. Mi escala en Atlanta era de apenas 45 minutos y no tuve tiempo que perder.
Lo que me gusta de la app de Delta es que, mientras tengas datos o acceso a Internet, te avisa el proceso que atraviesan las maletas, hasta que llegan a bodega.
El vuelo hasta Quito estuvo prácticamente lleno. Algo peculiar, debido que fue en plena temporada baja. Nuevamente, el avión contó con AVOD y las azafatas repartieron unos audífonos de Billboard, los cuales me dio pena abrirlos y los conservé.
Un detalle que jamás he visto en economy en las aerolíneas en las que he volado es que, luego del despegue, pasaron un menú a todos los pasajeros con la comida que se iba a servir y las opciones de bebidas. Es un plus tan básico, que eleva la experiencia.
En esta ocasión, luego de los snacks (al igual inesperados y muy bienvenidos) el menú fue una pechuga de pollo con tallarín asiático y ensalada. La única opción y me pareció buena, aunque relativamente escasa para un vuelo de 5+ horas. Los tripulantes pasaron bebidas cinco veces durante el trayecto. Algo que me encanta es que sirvan café de Starbucks en todos sus vuelos.
La llegada fue a tiempo y el desembarque, aunque un poco torpe, se desarrolló sin inconvenientes. Después de dos escalas y 11 horas de viaje, solo quería llegar a mi destino final.
Me hace feliz reportar que – a mi punto de vista – el alto estándar de calidad de Delta se mantiene. La revista Forbes y el Business Insider reportaron a finales del año pasado que es la segunda mejor aerolínea de los EE UU (después de Alaska Airlines, que siempre queda en el primer lugar) y esto no me sorprende. El servicio, calidad y amenidades (muchas) solo han mejorado con respecto a lo que recordaba.
Con su masiva red de rutas dentro de los EE UU, Europa y Asia desde Atlanta, me parece que Delta ofrece excelentes alternativas para conectar a Quito con el mundo y probablemente es la mejor opción para viajar a Estados Unidos.