FECHA: 18 – 4 – 2021
RUTA: LAX– MIA – UIO
VUELO: AA 529/ AA 165
ASIENTOS: 19A/ 15D
NAVE: Airbus A321S / Boeing 737 MAX 8
Este pasado abril, hice un viaje de alrededor de una semana a la Costa Oeste de los EEUU. Al regreso, tuve un trayecto de más de 12 horas con el cambio de horario para volver a Ecuador, en American Airlines, vía Miami. Esto fue lo que sucedió.
El vuelo desde Los Ángeles a Miami salía a las 06:00 y es uno de los primeros del día en LAX. Por ello, estuve en el aeropuerto a eso de las 03:00, para hacer el check in y presentar la prueba de antígeno de máximo tres días que en ese entonces solicitaban para entrar al Ecuador. Mi hotel era cerca del aeropuerto y contaba con transporte incluido en la tarifa de la habitación, por lo que no hubo problema.
Llegué con buena anticipación, solo para enterarme que LAX cierra operaciones desde la 01:00 hasta las 05:00 y no había nadie en el counter de American, solo pasajeros ya formándose hasta que llegue la tripulación de tierra. Se me hace extraño que la segunda terminal aérea más concurrida de los EEUU no opere las 24 horas, pero bueno, en fin. Los encargados llegaron poco tiempo después e hice todo el trámite sin problema. Lo bueno de salir tan temprano en la mañana es que no hay casi nadie en las filas de TSA y todo el proceso fue veloz. Aproveché el tiempo de espera desayunar y hacer algo de spotting.
Este tramo que atraviesa todo el territorio de los EEUU continental fue en un A321 con IFE personal, un enchufe universal en cada asiento, el espacio adecuado en economy y un servicio totalmente simplificado de bebidas con galletas Biscoff. Por la hora solo pedí un jugo de naranja.
Pasé casi todo el tiempo intentando dormir. Algo que me gusta del IFE de American es que tiene una opción donde puedes seleccionar una narración que ayuda a conciliar el sueño. La probé en los vuelos de ida y de regreso y si funciona, así sea por unos minutos. El vuelo fue casi lleno y, por fortuna, tuve el asiento del medio libre. Llegamos unos minutos antes.
Tuve una escala de casi cuatro horas en Miami, en la que di vueltas por la terminal Internacional D (que es enorme) y comí algo en el patio de comidas. No había estado en este aeropuerto en casi nueve años y me encanta que hayan inaugurado un Wendy’s. Unos minutos antes de que empiece el embarque cambiaron la puerta y tuve que cruzarme prácticamente toda la terminal nuevamente para llegar.
En esta ocasión, el tramo Miami – Quito fue, otra vez, en el 737 Max 8. Lo tomé a la ida y estuvo bien, aunque me parece que es bastante estrecho. Me tocó abordar en uno de los primeros grupos. El vuelo fue lleno en un 70%. La aerolínea modificó mis asientos involuntariamente y me tocó sentarme en la fila 15, en el pasillo. Algo desafortunado de esto es que está justo antes de la salida de emergencia, por lo que los asientos no se reclinan. Es la segunda vez que me pasa algo así. Es una ubicación frustrante porque no te ofrece más legroom e interfiere con el descanso.
Con casi una hora en el aire, los tripulantes pasaron un servicio de apenas un paquete de galletas y una botella de agua. Me parece deplorable que sea tan básico para una ruta internacional de casi cuatro horas, así sea en tiempos de pandemia. El servicio en el vuelo doméstico, increíblemente, fue mejor y de todas las aerolíneas que he tomado en esta nueva normalidad, esta, sin duda, es la más stingy.
Entrado el trayecto, los tripulantes informaron que el Wi-Fi no estaba funcionando, por lo que no tuvimos IFE en los dispositivos móviles personales. Siempre es molesto cuando eso pasa, en verdad le resta a la experiencia. Pasé el resto del tiempo intentando dormir.
Son nueve años ya en los que no había volado en American Airlines y, no sé si es por la coyuntura del momento, pero siento que su servicio ha decaído notablemente, y no era muy bueno para empezar. Es ahora la aerolínea más grande del mundo, tanto por flota, como por pasajeros transportados, pero su ‘producto suave’ tiene falencias significativas si se la compara con las otras aerolíneas estadounidenses y latinoamericanas que operan rutas comparables desde y hacia el Ecuador.
Sin embargo, debo decir que tiene una buena red doméstica desde Miami para hacer conexiones al resto de los EEUU y, al momento que compré el pasaje, el ticket internacional (así sea en su tarifa más baja) incluía una maleta en bodega y la selección de asientos sin costo, aunque aparentemente esto ya cambió.
Asimismo, continúan creciendo en el mercado ecuatoriano, con hasta tres vuelos diarios desde y hacia Quito (uno de ellos en el Dreamliner) por lo que, si tienes que viajar a los EEUU y acumulas millas en Oneworld, supongo que está ok. Espero que una vez que el mundo vuelva a la normalidad, pulan estos detalles, ya que si tiene algunos puntos a favor.