FECHA: 28/2/2019
RUTA: Quito (UIO) – Lima (LIM) – Cusco (CUZ)
VUELOS: LA1449/LA2005
ASIENTOS: 23L/29A
NAVES: Airbus 319/ 320
Este feriado de carnaval lo aproveché para hacer una visita exprés al Perú y conocer Machu Picchu, un bucketlist infaltable que estaba entre mis planes desde hace ya algún tiempo. Al ser una de las principales aerolíneas del Perú LATAM (antes LAN), fue la elección obvia y menos costosa para realizar este trayecto. Eran casi 10 años que no volaba con esta aerolínea y este es el review de mi vuelo de ida, con una escala en Lima.
Seis días antes del viaje cancelaron mi vuelo, que partía el sábado 2 por la noche. Fui notificando por varios medios y me dieron la opción de seleccionar algunas alternativas, sin costo adicional (al menos). Fue un percance que obviamente me molestó y me vi obligado a salir dos días antes, con el costo adicional que eso representa en hospedaje, alimentación, etc. Pero, a la final, todo funcionó.
El check in
48 horas antes pude hacer el check in online. Un inconveniente que tuve es que no respetaron los asientos que seleccioné al comprar el pasaje. Fui ubicado en las últimas filas del avión y si quería cambiar, solo quedaban asientos en el medio, con un costo adicional.
Llegué al aeropuerto con poco más de una hora de anticipación. Como solo viajé con un carry on, no tuve que registrar maleta. Tan solo imprimí los pases y pasé a seguridad y migración. Ambas áreas no tenían nada de fila y en menos de 10 minutos estuve en la sala de espera. No hay muchos vuelos que despegan desde el Mariscal Sucre a eso de las 20:00 y lo sentí prácticamente desierto.
UIO – LIM
Para embarcar, LATAM divide las filas por secciones del avión (¿por qué hacen eso?). Me parece una forma más torpe para abordar, con gente formándose con demasiada anticipación y todo el proceso extremadamente demorado. Este es el vuelo de la aerolínea que va hasta Buenos Aires, con una escala breve en Lima y estuvo lleno en un 90%.
Este A319 de LATAM Ecuador se me hizo un poco viejo, hasta con el livery antiguo de LAN, pero parecía limpio. No tiene pantallas individuales ni overhead, pero puedes descargar su app de streaming en tu Tablet o celular antes del vuelo. El abordaje lo hacen con música suave, supongo para relajar a los pasajeros más nerviosos (Iberia también tiene esta costumbre).
El espacio de los asientos es el estándar y el despegue fue a tiempo. Intenté usar el servicio de streaming repetidamente, pero no funcionó.
Fue un vuelo con bastante turbulencia (me imagino que la sentí más por mi ubicación en el avión) y el servicio a bordo tuvo que ser pospuesto. Cuando empezó, la única opción fue un sánduche mixto que estuvo bien. Pedí también una Coca zero y agua.
El servicio y la experiencia en este trayecto me pareció bastante básico. Es relativamente adecuado para un recorrido corto, pero apreciaría más atención al detalle. Avianca maneja la misma ruta, además de otra comparable y de menor duración a Bogotá y siento que lo hacen mejor.
LIM – CUZ
Gracias a la cancelación de mi vuelo, tuve una espera de seis horas en la madrugada en Lima. Obviamente no lo hubiera seleccionado de esta manera, pero no estuvo tan mal. Antes de pasar a las salas de embarque, el aeropuerto tiene un gran espacio con tiendas, restaurantes y un gran patio de comidas, que operan las 24 horas. Busque refugio en un Starbucks, por el Wi-Fi, mucho mejor que el gratuito del aeropuerto, que solo dura una hora. El espacio es bueno para hacer people whatching y cargar el celular.
Entré a la sala de embarque unas dos horas antes de la salida del vuelo, a eso de las 04:00. Mucho se ha dicho sobre el mal estado de este aeropuerto y estoy de acuerdo. Está colapsado y no hay donde sentarse, particularmente en el área doméstica.
A la hora de iniciar el abordaje, este se desarrolló en apenas una fila. Los grupos no se respetaron, lo que dificultó el proceso y en ningún momento se hizo el llamado por lo que, si no estabas pendiente, te quedabas. En esta ocasión el vuelo era operado por LATAM Perú y me parece que su A320 está en bastante mejor condición, aunque también con el livery antiguo.
En este vuelo me tocó la última fila, sin reclinación, ni pantallas individuales u overhead. Tenía el asiento de ventana, pero se lo cambié a mi vecina para que no le despierte a su bebé y estuve en el pasillo. Sentí al avión más nuevo y más limpio. El personal fue muy amable y llegamos 15 minutos antes.
Los trayectos temprano en la mañana siempre son algo incómodos y sentí a este vuelo totalmente low cost, sin entretenimiento, maleta en bodega y nada de servicio. Supongo que este es el nuevo estándar, sobre todo en rutas domésticas.
Me da pena decir que en cuanto a servicio LATAM ya no es lo que una vez fue. La aerolínea que establecía el estándar de calidad en la aviación latinoamericana ha decaído notablemente. Amenidades reducidas, percances y entretenimiento vía streaming (¿por qué lo cambian?, siempre va a ser más cómodo contar con pantallas) le restan a la experiencia. Sin embargo, te llevan a tu destino a tiempo (si no te cancelan), de forma segura y, al menos para viajar por el Perú, su red es fabulosa, que la final, es lo que importa.